Cómo el cerebro repara un accidente que le haya ocurrido
Algún accidente puede perturbar el funcionamiento del cerebro de este niño, ni más ni menos que en el caso del anciano, pero la diferencia entre ambos casos es tremenda. En el caso actual la mitad derecha del cerebro del niño toma sencillamente la delantera. Verdad es que el niño tendrá que aprender de nuevo a pronunciar “Papá” y “Mamá” como si tuviera un año, pero, no obstante, a causa de que su cerebro no es un órgano definitivamente formado ya, sino que se está desarrollando aún, al cabo de uno o dos años el niño quedará prácticamente tan bien como si nada hubiese ocurrido. Estos casos no son frecuentes, pero sí muy conocidos.
Nos hemos propuesto, sin embargo, otras cuestiones que hemos de resolver aún. Vimos ya que no somos ambidextros, a no ser que, como ocurre en el caso del pianista, tengamos razones especiales para enseñar la misma lección a los dos lados del cerebro. Pero hemos de decir aun la razón por la cual por cada persona zurda hay por lo menos diez manidextras, y la dificultad de explicarnos este hecho se aumentará todavía, si recordamos que por naturaleza no existe la más leve diferencia entre las dos mitades del cerebro.
En primer lugar, es realmente innegable que la costumbre, la tradición y el prejuicio contribuyen en gran parte a aumentar el número de los que tienen preferencia por la mano derecha; pero es también probable que la mayor parte de los niños no nazcan con predilección por alguna de las dos manos.
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