Maravilloso procedimiento, por el cual nos acomodamos a toda clase de alimentos


Esto confunde al muchacho que espera que a todos los animales les gusten las cosas que le gustan a él. Pero el caso es que no sólo sus dientes y su aparato digestivo son omnívoros, sino su apetito también, y esto no ocurre en las demás criaturas. Así, donde la tierra sólo produce arroz, el hombre vive y prospera; y aun donde no se encuentra más que grasa de ballena, también consigue vivir, a causa de su facultad de adaptación, facultad que se demuestra también de otro modo. La especie humana tiene tal poder de acomodación que si, como hacemos muchos, nos propusiésemos vivir solamente de carne cruda y agua caliente, o de nueces y queso, o de pan y algunas otras cosas como éste, lo conseguiríamos. Cuando cambiamos de repente de régimen alimenticio, podemos padecer al principio; pero al cabo de cierto tiempo nos acomodamos a ello, y volvemos a encontrarnos bien. Todos estamos conformes en que cuando una persona se resuelve a vivir enteramente de algún alimento especial, lo consigue, gracias a nuestro asombroso poder de adaptación.