Para adular a Nerón, el obsecuente Tigelino provoca el incendio de Roma
Cuando entra en convalecencia, desaparece Ligia, lo que le sume en tal desconsuelo que, en su abatimiento, no halla otra solución que volver a su antigua vida de placeres y disolución, esperando con ello olvidarla, pero, al no conseguirlo, es presa del mayor de los hastíos.
Poco después regresa Nerón de su gira triunfal por Nápoles. En una gran fiesta preparada en honor del emperador, Popea conoce a Vinicio y se enamora de él. Mientras se prepara una nueva gira de Nerón, Vinicio localiza a Ligia y logra que el apóstol Pedro bendiga su amor y consienta la joven en darle promesa de matrimonio, tras lo cual parte con la corte para Ancio. Allí se desata la desgraciada pasión que Vinicio inspira a Popea, quien, viéndose desdeñada y al descubrir que es Ligia el obstáculo que se opone al logro de sus deseos, concentra en ella todo el rencor engendrado por los celos y se consagra a causar la pérdida de la inocente joven en la primera ocasión propicia que se le presente, contando para ello con la complicidad de Tigelino, jefe de los pretorianos. que odia a Petronio.
Mientras Vinicio está en Ancio estalla el incendio de Roma, siniestro provocado por el obsecuente Tigelino a fin de dar a Nerón elementos para la composición de un poema sobre el incendio de Troya por los griegos.
Corrió Vinicio a Roma en su afán de salvar a Ligia de los peligros del incendio y la encuentra, luego de azarosa búsqueda, refugiada en la cabaña de un cantero, con Ursus y la familia de Lino. Allí abraza el joven la religión cristiana y es bautizado por el apóstol Pedro.
El incendio de Roma es hábilmente explotado por Popea para lograr su tan ansiada venganza sobre Vinicio y Ligia, pues recomienda a Nerón que transforme a los cristianos en víctimas propiciatorias destinadas a calmar las iras del populacho enardecido, pronto a desatarse en un motín de proporciones, y le hace escuchar las acusaciones de Quilón Quilónides, quien asegura que los cristianos son incendiarios y que Ligia ha provocado, con sus conjuros, la muerte de su hija. En consecuencia, muchos cristianos son arrestados y conducidos a las cárceles y al circo; entre ellos marchan Ligia y Ursus.
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