Fotografiando estrellas invisibles aún para el telescopio
Uno de los telescopios refractores más potentes del mundo es el del Observatorio de la Universidad de Chicago, y lleva el nombre de su generoso donante, Carlos Yerkes. Fue construido según las indicaciones del astrónomo Hale. Casi veinte metros de largo tiene el tubo de este instrumento, y su objetivo pesa 180 kilogramos. El piso del observatorio donde está instalado puede subir o bajar, según se desee, accionado por poderosos motores, lo que permite al astrónomo permanecer cómodamente sentado, cualquiera sea la inclinación que se haya dado al telescopio.
Todos sabemos que si queremos obtener una buena fotografía es muy conveniente que haya sol, siendo por el contrario poco propicio un día nublado. De todas maneras, si hay suficiente cantidad de luz, bastará con exposiciones del orden del décimo de segundo para impresionar nuestra placa. A lo sumo, si la luz es muy escasa, podemos recurrir a lo que llamamos fotografía «en pose» y entonces el tiempo de exposición se extiende a algunos segundos. ¡Imaginemos lo que significa fotografiar una estrella que ni siquiera vemos a simple vista! Los astrónomos están muy acostumbrados a tomar fotografías «en pose» y habitualmente realizan este trabajo con la ayuda del telescopio. Para este fin se reemplaza el ocular por una cámara fotográfica. Pero, por supuesto, los tiempos de exposición no serán de segundos ni de minutos, sino de horas, largas horas de exposición. Así se ha logrado descubrir estrellas que nuestros ojos no podían ver ni aun con la ayuda del telescopio. Es que la placa fotográfica puede acumular, durante varias horas de exposición, los efectos de las partículas de luz que llegan en forma muy espaciada. Nuestro ojo, en cambio, no está capacitado para realizar esa acumulación.
Recordemos que es condición importantísima, cuando queremos sacar una fotografía «en pose», que las personas a fotografiar no se muevan; de lo contrario la fotografía saldrá «movida». No olvidemos que la Tierra gira alrededor de sí misma, de modo que una estrella, además de su propio movimiento, aparecerá ante nosotros con un movimiento aparente, debido a la rotación terrestre. ¿Cómo haremos entonces si queremos fotografiar una estrella con varias horas de exposición? Los telescopios poseen mecanismos especiales que permiten contrarrestar el efecto de dichos movimientos aparentes, manteniendo constantemente dentro del campo del telescopio al fenómeno que se quiere fotografiar.
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