La canción de Ariel, verdadero himno sobre la libertad


Conservó el poeta hasta la muerte su fertilísima imaginación así como sus armoniosas expresiones. ¿Hay algo más encantador que la canción de la libertad del feliz espíritu Ariel en La tempestad?

Yo libo cual la abeja: las flores son mi nido en él duermo y despierto, en él vivo tranquilo, sin que me atemorice ningún siniestro grito.

Cabalgo en el murciélago, y cruzo el cielo empíreo dando, riente, caza al fugitivo estío.

Y en tanto, alegremente entre las flores vivo, mecido en sus guirnaldas y en ellas escondido.

Los caracteres de los personajes de Shakespeare se tornan más verídicos y mejor delineados cuanto más avanzada es la época en que les dio vida. Podía tomar prestada la acción episódica de otros escritores, esto lo hizo casi siempre, pero los caracteres eran suyos y el desarrollo del argumento era original. Para obtener la estructura de esas obras, saqueó toda la Europa antigua y moderna. No le importaba nada el lugar de la escena, y no sólo compuso para sus protectores la conmovedora historia de su patria, sino que los condujo a Grecia, a la antigua Roma, a Francia, Italia, España, Alemania, Egipto, Chipre, Dinamarca, Escocia, y a la primitiva tierra de Bretaña.