LOS ELEMENTOS QUIMICOS


Cuando visitamos por primera vez una ciudad, nuestro espíritu se complace en contemplar la belleza de las diferentes variedades de edificios. Nos agrada ver una hermosa calle, donde cada edificio pone su propia magnificencia y se forman, a veces, verdaderos cuadros en relieve. Es para nosotros un motivo de alegría que exista una gran diversidad de formas, y que cada ciudad tenga, a su vez, una característica propia que la distinga de las demás. No confundiríamos nunca un chaló con una escuela, y sin embargo ambos están construidos con materiales semejantes. La Naturaleza nos ofrece también, continuamente, una multitud de objetos que despiertan nuestra admiración; con sólo mirar a nuestro alrededor encontraríamos miles y miles de cuerpos diferentes. Pero, ¿serán ellos completamente distintos unos de otros? Los filósofos y los hombres de ciencia antiguos sospecharon que las cosas de la Naturaleza deberían estar formadas con la misma materia. Y en efecto, cuando los químicos modernos emprendieron el análisis cuidadoso de las sustancias, encontraron que muchas de ellas estaban formadas por la combinación de otras más simples. Por tal razón llamaron elemento químico a toda sustancia que no fuera una combinación de otras. En efecto, supongamos que elegimos el hierro para nuestro análisis; si tomamos una pequeña limadura de él y la observamos con el microscopio, podemos ver partículas más pequeñas; pues bien, nuestro análisis nos indicaría en cada una de ellas un sólo elemento: hierro. Así, cuando una sustancia no puede ser descompuesta en otras, se la denomina elemento químico. Si continuásemos nuestra imaginaria experiencia, tratando de obtener partículas cada vez más pequeñas, llegaríamos, si esto fuese posible, a obtener la más pequeña de las partículas de dicho elemento. Estas partículas de pequeñez increíble son denominadas átomos. Todos los cuerpos de la Naturaleza están formados por un número apenas concebible de átomos.

La búsqueda de los elementos químicos en la Naturaleza fue realmente extraordinaria, y tuvieron que transcurrir muchos años de pacientes e intensas investigaciones para descubrir los que conocemos. Algunos se encuentran en tan pequeña cantidad que se tardó mucho tiempo en descubrirlos. El helio fue encontrado primeramente en el Sol, de ahí su nombre, y sólo después de casi treinta años fue descubierto en la Tierra. Y las cualidades de algunos de ellos, esto es lo más notable, fueron perfectamente conocidas antes de ser descubierto el propio elemento.