Pintores de la escuela francesa, cuyo fundador es Cousin
Francia se encuentra situada entre los dos centros más importantes del movimiento renacentista, Flandes e Italia, de manera que las artes francesas sufrieron durante mucho tiempo la influencia artística de los mencionados países.
Cuando Enrique IV subió al trono trató de completar la obra de sus predecesores, de modo que una vez terminadas las acciones bélicas, quiso embellecer la ciudad de París. Una de las obras más famosas de este soberano, en el orden artístico, fue el Puente Nuevo (Pont Neuf), que mandó tender sobre el Sena; fue adornado artísticamente con su propia estatua ecuestre, fundida en bronce.
El resurgimiento del catolicismo, a comienzos del siglo XVII, influyó sobre las artes francesas; como se levantaron nuevas iglesias, se favoreció el desarrollo de la pintura, ya que fueron necesarios pintores para decorarlas.
Casi todos los pintores franceses de entonces imitaron a los italianos y flamencos, pero mientras las artes en Italia y Flandes habían pasado por un largo período de aprendizaje, Francia las recibió en pleno desarrollo, limitándose a imitar lo que aquellos países habían conseguido después de duras experiencias. El resultado fue que se sucedieron varias generaciones de pintores franceses puramente imitativos y de escaso mérito artístico.
Juan Cousin, que nació entre 1500 y 1508, es considerado como el fundador de la escuela nacional.
La principal tela de Cousin, el Juicio Final, está actualmente en el Louvre, y es una obra fuertemente influida por la técnica italiana.
Después de Enrique IV, Luis XIII favoreció también las artes, pero es necesario llegar al siglo del Rey Sol para que ellas encuentren un auténtico y real desarrollo. Mazarino y Colbert, dos de los ministros del joven Luis XIV, fundaron en 1648 una Academia de Escultura, Pintura y Arquitectura que tuvo a su cargo la dirección oficial de las artes del país hasta la Revolución Francesa.
En el siglo xvii encontramos tres artistas talentosos, los hermanos Le Nain, quienes probablemente se inspiraron en la pintura de Caravaggio, el realista italiano de tenebrosos tintes. al intentar los mismos efectos de colores oscuros y de sombras iluminadas de manera impresionante. No obstante la crítica que se pueda hacer a sus cuadros, los hermanos Le Nain consiguieron destacarse en medio de un clima artificial.
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