Dos grandes pintores franceses del siglo XVII


Las dos figuras más importantes de la pintura francesa de este siglo fueron Nicolás Poussin (1594-1665) y Claudio Lorrain (1600-1682), que pasaron la mayor parte de su vida en Italia, donde estudiaron a los grandes maestros del Renacimiento italiano que la península atesoraba.

Poussin fue el primer pintor clásico de Francia que ejerció gran influencia en los pintores que le siguieron. La belleza del paisaje italiano fue aprovechada por este artista de manera deferente, trató de que ella formara un todo armónico con los personajes, sin destacar demasiado la importancia de cada uno. Las figuras de Poussin parecen cinceladas como las de un relieve, destacándose por los contrastes de luz y sombra.

Claudio Lorrain tuvo un estilo y una técnica distintos de los de su contemporáneo. Como él, también amó el paisaje y los temas clásicos, pero más como historiador que como soñador. Su amor por la Naturaleza lo expresó a través de la luminosidad de sus telas, aunque las escenas que reflejan a veces sean artificiales.

Retratos y escenas cortesanas de esta época muestran, en efecto, la pomposa artificiosidad propia de la corte de Luis XIV. Los retratos del soberano y de Bossuet que pintó Jacinto Rigaud son dos hermosos exponentes del arte del siglo xvii, pero donde mejor está reflejada la corte francesa es en los cuadros de Carlos Le Brun, hábil en el manejo del pincel y en la combinación de los colores. Este artista, por la perfección del dibujo, que se adaptaba al sentido decorativo que exigía la pompa de la mayor parte de los artistas que conquistaron los honores de la Academia oficial, consiguió destacarse sobre sus contemporáneos.