Las luchas por la emancipación de Venezuela
En 1797 estalló una revolución considerada como el primer brote de la guerra de la Independencia, destinada a librar al país de la dominación española. Fueron sus cabecillas Manuel Gual y José María España. La delación produjo el fracaso del movimiento; los jefes lograron huir, pero dos años después España fue hecho prisionero y murió ahorcado, junto con otros patriotas.
En 1806, Francisco Miranda, llamado el Precursor, pretendió desembarcar en Ocumare, al frente de una expedición libertadora, pero fue rechazado y tuvo que retirarse a Trinidad, donde obtuvo el apoyo del comandante inglés Tomás Cochrane, que le permitió, pocos meses después, atacar y tomar a Coro; pero falto de recursos, tuvo que abandonar su conquista y partir para Gran Bretaña, donde permaneció hasta que estalló la revolución en Caracas, y Simón Bolívar viajó a Londres a fin de obtener su apoyo.
El 19 de abril de 1810 un grupo de patriotas, reunidos en Cabildo Abierto, destituyó al capitán general Vicente Emparán y constituyó una Junta que desconoció a las Cortes de Cádiz y después nombró a Miranda jefe del ejército y del gobierno. El Congreso Nacional, que se reunió al año siguiente, proclamó la independencia absoluta el 5 de julio de 1811.
Comenzó entonces la larga y cruenta guerra por la independencia; luego de los primeros éxitos patriotas, los realistas reaccionaron, tomaron la ofensiva y batieron a los criollos en todas partes. Las sucesivas derrotas obligaron a Miranda a capitular. El proceder del Precursor no fue aprobado por los patriotas, quienes suponiéndose vendidos al enemigo, lo tomaron prisionero y lo entregaron a los españoles. Miranda fue enviado a Cádiz, en cuyas mazmorras murió al cabo de cuatro años de prisión. Bolívar, por su parte, debió abandonar el país y trasladarse a la isla de Curazao; de allí pasó a Cartagena, donde lanzó su famoso manifiesto de guerra a muerte y organizó las fuerzas que en definitiva arrojarían a los españoles de Nueva Granada.
En 1813 se levantó en Cumaná Santiago Marino, con algunos jóvenes patriotas, y logró algunos éxitos, secundado por los sublevados de la isla Margarita y por Bolívar, que organizó una expedición en Nueva Granada, ocupó a Mérida y Trujillo y entró triunfalmente en Caracas, el 7 de agosto de 1813.
Al finalizar la campaña, todo el territorio de Venezuela, excepción hecha de Puerto Cabello, quedó en poder de los patriotas, quienes al año siguiente sufrieron nuevos y grandes reveses y perdieron todo lo que habían conquistado.
Bolívar se vio obligado a salir nuevamente del país; organizó desde el exterior otra expedición, con la que desembarcó en la isla Margarita. De allí pasó al continente, y en una brillante y rápida campaña, batiendo a los realistas con ayuda del general José Páez y sus “llaneros”, libertó la mayor parte de Venezuela, cuya capital estableció en Angostura, hoy Ciudad Bolívar. Un Congreso General, reunido en dicha ciudad después de la gran victoria bolivariana de Boyacá, proclamó, en diciembre de 1819, la constitución de la Gran Colombia, integrada por Venezuela, Colombia y Ecuador.
El 24 de junio de 1821 los patriotas ganaron la segunda batalla de Carabobo, con la que se consolidó definitivamente la libertad de Venezuela. La única plaza que quedó en poder de los realistas fue Puerto Cabello, que capituló en 1823.
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