Cómo llegaremos de Nueva York a Valparaíso, viajando por el océano


Tomemos primero en Nueva York un vapor con destino a Valparaíso, el puerto principal de Chile. Sabido es que los vapores en sus viajes se detienen en diversos puntos del trayecto, con el objeto de embarcar y desembarcar pasajeros y mercaderías. Estas escalas no sólo son útiles para el comercio y la comodidad de los países, sino que rompen la monotonía de la navegación y permiten al viajero conocer, aunque sea de paso, muchas tierras situadas entre el punto de partida y el de llegada.

Nuestro vapor tocará primeramente en uno o varios puertos de las Antillas, que están precisamente en el camino que seguimos, dándonos ocasión de admirar encantadores paisajes.

Después debemos atravesar el canal de Panamá, situado también en plena zona tropical, que se abre entre la ciudad de Colón, en el mar de las Antillas, y la de Panamá, en el océano Pacífico. No es un canal a nivel, sino que los vapores deben subir hasta un lago artificial, situado en medio del istmo, por medio de esclusas, que así se llaman unas ingeniosas construcciones, cuya forma y funcionamiento se explican en otra parte de esta obra. El paso del canal de Panamá es famoso por las bellezas naturales que presenta. Los bosques que lo rodean nos permiten formarnos una idea de las tan celebradas selvas vírgenes de los trópicos.

Más acá de Panamá, nuestro vapor habrá de detenerse quizá en Guayaquil, principal puerto de la República de Ecuador, así llamada porque se encuentra bajo la línea equinoccial. Guayaquil no está a orillas del mar, sino junto a un río navegable por grandes vapores, que se llama Guayas, cuyas orillas también están cubiertas de vegetación tropical.

Después de Guayaquil seguiremos en nuestra navegación las costas de Perú, las cuales, aunque también están situadas en la zona tórrida, carecen de vegetación natural porque en ellas no llueve casi nunca.