El fugaz sueño imperial del general Agustín de Iturbide


Surgieron nuevas disensiones sobre la forma de gobierno que había de adoptarse y se formaron varios partidos que pugnaban por la adopción de diversos sistemas de gobierno. Había grupos políticos que se inclinaban a favor de la república y otros que apoyaban la monarquía. España desconoció los Tratados de Córdoba y declaró que seguía considerando a México como una colonia española y así lo hizo saber a todos los países del mundo. No obstante, los Estados Unidos declararon que se reservaban el derecho de reconocer la independencia de las nuevas repúblicas americanas. El 21 de julio de 1822 Iturbide, mediante un golpe de audacia, logró hacerse coronar emperador de México con el nombre de Agustín 1. Poco después fue vencido por la oposición liberal encabezada por el general Antonio López de Santa Anna, quien proclamó el régimen republicano. Iturbide tuvo que abdicar y abandonó el país en 1823. Al año siguiente regresó a México con intenciones de recuperar el poder, pero fue hecho prisionero y fusilado: se estableció la república con el general Guadalupe Victoria como primer presidente y se promulgó la Constitución. Doce años después, España terminó por reconocer la independencia de México.