Otro importante descubrimiento: la radiactividad
Los rayos X, en cierta forma, han servido para extraviar a los hombres, pero estos mismos extravíos los han llevado a fuentes aun más inesperadas y extrañas de energía. Por ejemplo, en Francia, un sabio físico, llamado Becquerel, creyó que los rayos X eran probablemente una forma de la materia radiante, y empezó a buscar otros cuerpos que emitiesen luz invisible. Valióse al principio de placas fotográficas ordinarias. Cada placa fue encerrada en una caja juntamente con algún metal o sustancia, sellóse escrupulosamente estas cajas y se las depositó en un armario oscuro. No tardó en descubrirse que ciertas sustancias emitían también una radiación invisible que afectaba a las sustancias químicas de las placas fotográficas, aunque se hallasen cubiertas por una plancha de metal o madera. Descubrióse también que esta radiación tenía una íntima relación con la emisión de energía eléctrica, por lo que se sustituyó la placa fotográfica por un instrumento para medir la electricidad, y el profesor francés Curie y su esposa se ofrecieron a tomar sobre sí la laboriosa tarea de descubrir el verdadero origen de los rayos desconocidos que emitía una sustancia llamada pecbtenda.
Es ésta una sustancia metálica, generalmente considerada como perjudicial. Los esposos Curie la descompusieron en sus diversos elementos, recurriendo a infinidad de procedimientos para desembarazarla de toda la materia que no producía efecto alguno sensible en su instrumento eléctrico, y así obtuvieron, gradualmente, una cantidad pequeñísima de una nueva sustancia que poseía un gran poder eléctrico; por último, asombraron al mundo con el descubrimiento del nuevo y misterioso elemento que llamaron radio. Es ésta una sustancia que se caracteriza porque emite continuamente en todas direcciones ciertas radiaciones que contienen mucha energía. Los físicos han estudiado con todo cuidado esas misteriosas radiaciones. Las clasifican en tres clases: rayos alfa, rayos beta y rayos gamma. Los rayos alfa son partículas cargadas de electricidad positiva; los rayos beta, en cambio, son corpúsculos cargados de electricidad negativa. Por el contrario, los rayos gamma no son corpúsculos: son ondas electromagnéticas, como las ondas luminosas o los rayos X. La cualidad más importante de los rayos gamma es que son muy poderosos, puesto que pueden atravesar capas de plomo de un centímetro de espesor.
Los rayos X son un misterio, producto del trabajo del hombre, quien va poco a poco dominando esta extraña fuerza que él mismo ha descubierto. El radio es otro misterio, labor de la Naturaleza.
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