Los materiales con que se fabrica la pluma estilográfica
La pluma, propiamente dicha, se fabrica con oro de 14 quilates, pues este metal tiene sobre el acero las ventajas de una mayor flexibilidad y más larga duración. Sin embargo, el oro se desgasta muy rápidamente con el roce, y para evitar que con el uso los dos extremos puntiagudos de la pluma se deformen, se les colocan puntos de iridio, metal blanco amarillento, casi tan pesado como el oro. El iridio es muy raro y costoso; se extrae principalmente de los montes Urales. A veces, en las plumas estilográficas de menor calidad, se suelen utilizar otros metales para los puntos, pero, en este caso, las plumas no tienen la duración que les da el iridio.
La moderna pluma estilográfica tiene su origen en los trabajos del inventor español Francisco Martí, en 1803, sobre una pluma de autoalimentación. Posteriormente, en 1835, los ingleses Scheeffer y Parker, laboraron en el mismo sentido.
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