Crecimiento y fructificación del banano. Usos varios de su fruto

El banano reclama para su crecimiento un terreno suelto, sustancioso y algo húmedo o de regadío, aunque se acomoda bien en los suelos fuertes y aun arcillosos, así como en las tierras salitrosas, con tal de que no le falte humedad en el verano.

La multiplicación de esta planta se hace por renuevos o hijuelos, que brotan alrededor del banano madre, y por las yemas que están en la base contigua a la raíz. En Ecuador fructifica a los seis u ocho meses, y cada planta da de tres a nueve retoños.

El banano es sumamente fructífero, y la recolección de sus frutos dura casi todo el año.

Cuando las bananas han llegado a su completa madurez son de difícil conservación, tanto por el espesor de su corteza cuanto porque fermentan y se pudren fácilmente; de modo que hay que recurrir a la desecación o a la preparación de jaleas y conservas.

Los insectos, particularmente las hormigas, y las ratas, ratones y, todavía más, los murciélagos, devoran este fruto con avidez. En las regiones tropicales es roída también la hoja del banano por una oruga nocturna, del grueso de un dedo, de piel lisa y de color moreno claro, parecida a una babosa, que durante el día permanece inmóvil, come por la noche y fabrica un capullo grande, sedoso, pero basto, y de color oscuro.

Las bananas, puestas a refrescar en agua mezclada con hielo, son un postre de verano de los más delicados. Sirven también para hacer deliciosos sorbetes, dulces, pastas, confituras y, sobre todo, un turrón muy exquisito. Otra de las aplicaciones de este fruto es la fabricación de bebidas aromáticas, licores, ratafias, aguardientes y aun vinagres.

Reducida a pasta la banana madura, puesta en infusión en aguardiente y destilándola luego, resulta un licor aromático muy gustoso al paladar.

Además, los frutos verdes de gran tamaño, llamados generalmente plátanos, se utilizan como hortalizas en la cocina, y en sustitución de las patatas, a las cuales aventajan por la sustanciosa finura de su carne, para guisados y fritos, y por esta cualidad es uno de los materiales culinarios más apreciados en Cuba.