MÚSICA DE LOS ABORIGÉNES AMERICANOS PRECOLOMBINOS
Los primitivos habitantes de América tenían un amplio sentido musical, derivado en parte de esa necesidad innata que existe en todos los hombres desde los tiempos más remotos, de expresar sus sentimientos en la forma más gráfica y emotiva posible. El canto, inarticulado tal vez, fue la primera expresión de esa facultad creadora. El indígena del continente americano, cuando llegaron los conquistadores, tenía ya cierta variedad de recursos técnicos que le permitían producir instrumentos adecuados al tipo de música que componía. La música de los indios del norte del continente era percusiva, marcial o religiosa. Los pieles rojas del territorio que es en la actualidad Estados Unidos y los del Canadá utilizaban tambores, de diversos tamaños y materiales, flautas -muchas veces hechas de hueso, con las tibias de los enemigos muertos-, cascabeles y silbatos. En el territorio mexicano los temas musicales fueron más variados, oscilando desde la música religiosa y guerrera, hecha en base a tamboriles, trompetas de caracol, tambores de tronco de árbol ahuecado y flautas de hueso, hasta las canciones de amor, para cuyo acompañamiento musical se utilizaban flautas, timbales y cascabeles. En cuanto al Caribe y Centroamérica, la música era en su mayor parte de percusión, con tambores, maracas, raspadores y timbales. Muchos de estos instrumentos han pasado en tiempos modernos a formar parte de las orquestas que ejecutan música típica de esas regiones. En el sur, siguiendo la Cordillera, el Altiplano y los valles andinos, la música era suave, melancólica, quejumbrosa, aun en sus manifestaciones bélicas. La inmensa tristeza del indio se reflejaba en la melodía de la quena, flauta de madera de dulce sonido. El tambor y las trompetas hechas con grandes caracoles marinos -influencia tal vez de culturas polinésicas, de los lejanos mares del Sur- formaban parte de los grupos musicales que tocaban durante las marchas de los ejércitos incas y en las celebraciones religiosas. En el litoral y en la selva amazónica predominaron los instrumentos de percusión. La música fue en todos estos pueblos un medio de ahuyentar a los malos espíritus o a los dioses maléficos, de producir buenas cosechas haciendo que los dioses bondadosos se sintieran atraídos, y sirvió como tal de acompañamiento a las danzas sagradas y a las ceremonias religiosas..
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