Las ciruelas presentan diferentes colores, formas y tamaños
Las clases de ciruelas varían según el árbol que las produce. Se distinguen unas de otras por el color, la forma y el tamaño, y por las condiciones de gusto y aroma de su carne; pero, cualquiera que sea la variedad, son siempre pulposas, llenas de jugo, y de sabor dulce, azucarado, ligeramente ácido y agradable. Algunas ciruelas tienen, asimismo, un aroma suave. En el interior de su carne se encuentra una pepita, cuya almendra contiene aceite y cierta cantidad de ácido prúsico, lo que es causa de su sabor amargo.
La ciruela tiene propiedades eminentemente nutritivas, refrescantes y laxantes, y los efectos que produce en varias afecciones del aparato digestivo, y en enfermedades crónicas de la piel, son admirables, según se sabe.
Las variedades más estimadas de ciruelas para postre son la Claudia y la damasco violácea, las cuales (y otras muchas) sirven también para preparar diferentes compotas y otros compuestos de excelente sabor. El ciruelo, cultivado hoy en ambos hemisferios, fue transportado de Siria a Europa, y se ha dividido en muchísimas variedades. Este árbol se cultiva al aire libre o en espaldera, esto es, se lo poda y se guían sus ramas de modo que las extienda al abrigo de una pared, pero, en uno u otro caso, sus frutos, variados y sabrosos, son objeto del consumo general en la mayor parte de los mercados.
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