El malvavisco, la colleja marina y el convúlvulo


El lindo malvavisco, cubierto de pelusilla, tiene estrecho parentesco con la malva hortense, y se lo halla frecuentemente en los pantanos salados, aunque también se cultiva en los jardines. Sus grandes flores son de hermoso matiz rosado. Las raíces contienen una especie de goma, que se usaba en otro tiempo en la elaboración de dulces y golosinas.

La colleja marina, originaria de Europa, crece en las riberas escarpadas del mar, o en los bordes de los campos que se hallan a veces en estos acantilados. Sus hojas y flores ofrecen gran semejanza con las de la colleja ordinaria; pero sus tallos son menos erguidos, y los pétalos blancos de sus flores un poco más anchos.

El convólvulo o dondiego de la costa procede también de Europa, y se lo reconoce con facilidad, porque sus hojas y flores son similares a las del convólvulo de los campos o campanilla. A semejanza de esta última, el delgado tallo del dondiego de la costa se extiende sobre la tierra; pero es más corto que en aquélla, y rara vez se enrosca alrededor de otras plantas.