El poliantro y otras primaveras presentan flores de bellos colores
No se hace gran caso de la flor del polianto, aunque se conserva todavía en algunos jardines. Se cree que sus progenitores fueron dos especies distintas de prímulas, cuyo polen llevó alguna abeja de una a la otra.
El polianto tiene grandes flores, sostenidas por largos pedúnculos, y se engalana con variedad de matices, amarillos, rosados, lilas, rojos y blancos.
La oreja de oso es otra especie de la familia de las imuláceas, muy apreciada antiguamente por los jardineros. Existen diversas variedades de esta flor, de hermosos colores, procedentes todas de la oreja de oso amarilla que crece en los Alpes.
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