El pez que ha provisto de alimentación a grandes ciudades por espacio de siglos
Hállase el bacalao dondequiera que abunden los arenques, los cuales pululan en cantidades enormes frente a las costas de Noruega y en el mar del Norte. En algunas poblaciones europeas la pesca del bacalao ha sido la ocupación principal durante más de tres centurias: los hombres vivían dedicados a esta clase de faena, en tanto que sus mujeres e hijos cuidaban de salar la pesca.
Casi todo el bacalao que se pesca se destina a las salazones, para expedirlo luego a los distintos países del globo. Por término medio, tiene el bacalao una longitud de 90 centímetros; y hay ejemplares que pesan 45 kilogramos.
Los bancos de Terranova (isla británica de América del Norte, situada a la entrada del golfo de San Lorenzo) son el punto de reunión de la mayoría de los peces de esa parte del continente. El agua tiene en estos bancos alrededor de un centenar de metros de profundidad; y durante el invierno acuden allí enormes cardúmenes de bacalaos en busca de alimento que les suministran los mariscos y peces pequeños, tan abundantes en aquellos parajes. Desafiando las perpetuas tempestades de la estación, lánzanse al océano flotas numerosísimas de barcas de pesca, seguras de realizar un buen negocio. Practícase allí la pesca a la rastra. Se tienden largos cables anclados por sus dos extremos y sostenidos por boyas en las que van sujetas, a determinadas distancias, otras cuerdas menores, provistas de anzuelos cebados, que penden bajo el agua a ciertas profundidades. El bacalao viene a prenderse de estos anzuelos. Al cabo de algunas horas, salen los hombres en barcas de remos y recogen los cables. Pero son frecuentes los siniestros debidos a la mar gruesa que reina durante el invierno en aquella latitud. Este oficio requiere un valor a toda prueba y una resistencia excepcional.
El bacalao común del Atlántico es para Norteamérica el más importante de los peces marinos. Pero no es el único en su familia; hay otros peces afines, también estimados y que se comen frescos o se salan. Cuéntanse entre ellos la pescadilla y la merluza. Esta última tiene huevos flotantes, debido a una pequeña gota de grasa que presentan éstos. El pez favorito de los escoceses para el almuerzo es el merlango, especie de bacalao propio del Atlántico oriental, de unos 40 centímetros de longitud, color pardusco y carne muy sabrosa.
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