Cómo se defiende el puerco espín de sus enemigos


Hállase este animal dotado de dientes espléndidos, como todos los roedores, pero no los usa en su defensa.

El puerco espín del Viejo Mundo, que vive en algunas partes de Europa, en África y en la India, es un animal de tamaño mediano, que gruñe lo mismo que el cerdo. Sus púas no tienen todas la misma longitud, dándose el caso de que las más largas no sean las más fuertes. Las que causan mayor mal a su enemigo son aquellas que miden de 12 a 25 centímetros.

Cuando se ve atacado, la primera precaución que toma el puerco espín es defender la nariz, que es muy delicada, y a continuación eriza sus púas, con lo que adquiere el aspecto de un animal terrible. Cuando no consigue escapar, avanza contra su enemigo, que huye aterrado. Si alguna vez se les ocurre atacarlo a un tigre o a un leopardo, en el pecado llevan la penitencia, porque las púas del puerco espín se les clavan, y, como se desprenden fácilmente de la piel de su poseedor, se quedan fijas en el sitio donde se hincaron, causando llagas malignas y dolores muy intensos.