Las ardillas voladoras y las mañas de la ardilla común
La ardilla voladora es semejante a la ardilla del azúcar, devora los brotes, las nueces y la corteza, como las demás ardillas que viven en los bosques. La ardilla del azúcar, puede, hasta cierto punto, tomar una dirección determinada mientras vuela; por el contrario, la ardilla voladora se lanza en dirección oblicua sin que pueda modificarla.
Las ardillas comunes no pueden volar, pero diñase que lo hacen; tal es la rapidez con que se mueven por entre las ramas. Es un espectáculo muy atractivo ver cómo brincan por los bosques, con su esbelto cuerpecito, sus grandes ojos lucientes y su hermosísima cola. Hay pocos animales que en estado salvaje se muestren más juguetones, corriendo de aquí para allá, por el puro placer de hacerlo. Son. no obstante, unos trabajadores sumamente ingeniosos.
A pesar de que anidan entre las ramas de los grandes árboles, se dan cuenta de que la lluvia y el viento pueden penetrar hasta allí; así es que se construyen unos nidos muy abrigados. Empiezan por hacer el piso de ramillas entrelazadas, que colocan en la horcadura del árbol; luego edifican por encima una techumbre de ramas entretejidas tan estrechamente, que la lluvia no puede atravesarla; por último, tapizan el interior con musgo muy fino. La entrada está en el fondo, quedando otra abertura por el lado opuesto para que la ardilla pueda escapar si la persiguen sus enemigos, que son el gato salvaje y el gavilán; sirve esa abertura, además, para ventilar la pequeña vivienda, conservándola limpia y sana.
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