Los curiosos animales que hallamos en las playas del mar
Las estrellas y erizos de mar, familiares para todo el que frecuenta las playas, pertenecen a una rama muy distinta: la de los equinodermos o animales con piel de erizo. Hállanse revestidos de placas calizas cubiertas de púas más o menos fuertes, que se pierden cuando el animal muere. Si bien por su organización interna son los equinodermos animales de simetría bilateral, exteriormente ofrecen un aspecto radiado, con la particularidad de que sus radios siempre son en número de cinco o múltiplo de cinco. Lo mismo que las ramas anteriores, carecen de miembros, pero pueden caminar valiéndose de unos órganos a modo de piececillos, denominados ambulacros, cada uno de los cuales es como un tubito terminado en una ventosa. Estos tubitos se mueven bajo la acción de una corriente de agua que penetra en el cuerpo por una placa perforada y que circula por un sistema de canales en comunicación con los ambulacros. Ciertos equinodermos, llamados holoturias, están casi desprovistos de placas calizas y tienen las espinas muy atrofiadas, enclavadas en la piel, que es muy gruesa. Las holoturias no tienen el aspecto radiado de las estrellas y erizos marinos; su forma recuerda más bien la de un pepino.
Una rama que cuenta con numerosísimas especies, en su mayor parte acuáticas, es la de los mohiscos, en la que entran las almejas, las ostras, los caracoles y los calamares. Todos ellos son animales de cuerpo blando, provistos de un pie musculoso que generalmente emplean para caminar y están envueltos en un gran repliegue de la piel, denominado manto, que en la mayoría de las especies segrega sales calizas con las que se forma una testa o conchilla. Hay muchos moluscos, como los caracoles de los jardines, que viven en tierra y respiran el aire atmosférico, lo que realizan por una especie de pulmón; pero son mucho más numerosos los acuáticos, que respiran el oxígeno disuelto en el agua por medio de branquias, es decir, de unas laminillas o filamentos sumamente porosos que absorben dicho aire y permiten el acceso de su oxígeno a todo el organismo. Los distintos grupos, o clases, en que se subdividen los moluscos, se diferencian por la disposición de la conchilla y la forma del pie. Los llamados gasterópodos, por ejemplo, tienen la conchilla formada por una sola pieza, casi siempre retorcida en espiral, y llevan el pie en el vientre; los pelecipodos son los únicos que poseen una conchilla formada por dos valvas, y su pie presenta la forma de un hacha o una cuchilla; y los cefalópodos carecen casi siempre de conchilla y tienen el pie en la cabeza, dividido en largos tentáculos que rodean la boca. El caracol, la almeja y el pulpo son, respectivamente, ejemplos de estas tres clases.
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