Hormigas que hacen ladrillos y construyen sus ciudades como los hombres
El llamado hormiguero alberga a veces a muchas colonias unidas, de una misma especie. Un explorador descubrió un nido compuesto por más de 200 colonias, que ocupaba más de 180 metros a la redonda. Sabiendo que cada colonia consta de cinco mil a quinientas mil hormigas, puede calcular el lector el número que habría en aquel enorme hormiguero.
Antes de dejar el tema, necesitamos saber algo sobre otras formas de hormigueros, algunos de los cuales constan hasta de cuarenta pisos; cinco pisos miden tres centímetros de altura, y veinticuatro paredes dividen ese reducido espacio. Para edificarlo, acarrean barro y arcilla, que modelan en esferitas, a las que colocan en sitio y posición conveniente, tal como hace un albañil con los ladrillos. Trabajan sin más herramientas que su boca y sus patas, repartiéndose el trabajo: mientras las unas fabrican bolitas, las otras hacen agujeros en el suelo, cuyas paredes de separación constituyen los cimientos del nido. Listo el basamento, calzan encima las bolitas y las aprietan con la boca y las patas; y en cuanto paredes y pilares alcanzan la necesaria altura, colocan las bolitas en los ángulos de aquéllas y encima de éstos. Junto a las ya dispuestas, arreglan otras nuevas; y como son tan húmedas y pegajosas y están fuertemente comprimidas las unas con las otras, pronto se secan, ajustándose recíprocamente. De este modo, estos grandes constructores tienden sobre cámaras o galerías, en poco tiempo, un techo de seis centímetros de largo.
Otras hormigas convierten aserrín, tierra y telarañas, en una pasta que se endurece rápidamente, con la cual hacen sus casas; otras fabrican con varias sustancias distintas algo así como baldosas.
Las hormigas podadoras o saubas hacen en el suelo galerías de más de 30 centímetros de ancho, por 35 metros de largo. En cierta ocasión un sabio inyectó humo por una de las bocas de un hormiguero de saubas; el humo salió por otras bocas situadas a más de 60 metros de distancia.
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