Surgimiento de nuevas faunas y desaparición de otras
No es fácil explicar o exponer las causas que han provocado el surgimiento de una fauna y la extinción de otra ya existente.
Tales fenómenos se realizan paulatinamente, impulsados, muchas veces, por desequilibrios que ocurren en la Naturaleza; a la par marchan los procesos llamados de adaptación de las especies a nuevos ambientes o a nuevas situaciones de lucha por la vida.
Todo animal necesita alimentarse, desplazarse, luchar, esconderse, etc., actividades para cuya realización el ambiente en que vive aquél tiene que ofrecerle las condiciones adecuadas. Si una especie es arborícola o trepadora, como en el caso de los monos o las ardillas, necesitará de bosques o selvas; otras veces el ambiente apropiado estará constituido por lagunas, pantanos o despejadas pampas. Considerando que Norte y Sudamérica tuvieron y tienen paisajes muy similares, es fácil explicar cómo muchos mamíferos pudieron viajar de uno a otro extremo.
Así el puerco espín, un típico roedor sudamericano, no tuvo inconveniente en emprender un larguísimo viaje y llegar hasta regiones tan lejanas como los bosques de Alaska. Otros roedores, como las pacas y agutíes, no pasaron más allá de Centroamérica, y aun los hubo, como las vizcachas y chinchillas, que no salieron nunca de Sudamérica. En cambio, de América del Norte vinieron verdaderas oleadas de pequeños roedores, como ratas y ratones de campo, casi idénticos a los que en la actualidad vemos, que se instalaron cómoda y definitivamente entre nuestros viejos roedores, y formaron con ellos conjuntos muy heterogéneos. Tan sólo un marsupial, la zarigüeya, que resultó ser un animalito muy resistente a todo cambio climático o choque de faunas, emprendió un sostenido viaje hacia el Norte, y aún hoy sigue avanzando, a pesar de haber llegado muy al norte de Estados Unidos; en cambio, sus compañeros, los otros marsupiales, pese a la mayor talla, sucumbieron en la larga lucha.
Algo parecido ocurrió con los desdentados, pues numerosas especies que hoy son fósiles avanzaron con firmeza desde el Sur y se extendieron por lo que actualmente es Texas, Arizona y California; muchos de ellos eran animales gigantescos, como el megaterio, o estaban bien defendidos, como los gliptodontes. En cambio, de-todos los actuales desdentados, peludos, osos hormigueros, perezosos, etc., sólo una especie, la mulita mayor, pudo atravesar bien, el puente de Centroamérica e instalarse en el sur de Estados Unidos.
Como ya hemos dicho, la parte principal de la última inmigración vino de Norte a Sur; en ella llegaron numerosas familias de carniceros, entre los que podemos nombrar a algunos felinos como los gatos monteses, los pumas, el jaguar, confundidos con los miembros de otras familias, tales como los perros salvajes, los zorros, los hurones y un animal que hoy día constituye una rareza zoológica en Sudámerica, el oso de anteojos u oso de los Andes, que únicamente vive en las alturas de ese sistema montañoso, desde Colombia hasta Bolivia Asimismo llegaron los animales de ¡ pezuña, bien de un número par de dedos, como los ciervos y los camélidos, que originaron a los actuales guanacos, llamas y vicuñas; bien de un número impar, tales como el tapir. Entre estos pujantes invasores venía también un tipo de caballo casi igual al del presente, cuya extinción en ambas Américas, antes de la llegada del hombre blanco, continúa siendo un misterio para la Paleontología.
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