Por qué puede cruzar el camello las ardientes arenas del desierto
Pero una de las propiedades más curiosas del camello es la facultad que posee de defenderse fácilmente de la sed. El interior de su estómago hállase provisto de unas células, cuya disposición recuerda la de los panales de miel, en las cuales aloja una cantidad considerable de agua. Cuando se le presenta la ocasión de beber, traga todo el líquido que puede, y una vez hecho esto se lanza con intrepidez a través de las candentes arenas del desierto sin volver a probar el agua durante cinco o seis días, conduciendo sobre sus lomos una carga de 100 a 150 kilogramos, y sin otro alimento que los punzantes espinos que crecen acá y allá en aquellos eriales. Tal es la vida que lleva el camello empleado en transportar cargas. Hay dos especies distintas de camellos, la de una joroba o camello común, y la de dos jorobas; los llamados dromedarios, son una raza de camellos de una joroba, no son tan corpulentos y sirven para conducir personas; caminan con una velocidad media de trece a dieciséis kilómetros por hora, y pueden sostener este paso por espacio de un día entero y media noche sin descanso. Ningún otro animal es capaz de hacer otro tanto.
El camello de Arabia tiene una sola joroba; y el de la Bactriana, que habita en climas más cálidos, dos. Estas jorobas compónense principalmente de grasa, y cuando el animal emprende un largo y dificultoso viaje, van disminuyendo constantemente de volumen, hasta que desaparecen casi enteramente. Las jorobas son un depósito de alimento, de donde saca el camello las sustancias para transformarlas en la fuerza que necesita.
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