De qué modo se protegen contra el teredo las embarcaciones y los muelles de los puertos


Por fortuna, en los países civilizados no es necesaria esa ayuda, y lo único que interesa es resguardar del teredo la madera de los barcos y de los muelles. Para ello se guarnece de cobre la parte inferior del casco de las embarcaciones, y se revisten igualmente de metal los pilotes de los muelles. Estos últimos, algunas veces, se protegen mediante una multitud de clavos de hierro; pero tal artificio no siempre es eficaz, pues hay crustáceos que se introducen por entre las cabezas de los clavos, a los que logran aflojar, abriendo un paso para el teredo. Una de las pocas sustancias que han dado resultado positivo en la lucha contra el teredo, es la creosota.

Ya sabemos que ciertas especies de ostras fabrican las hermosísimas perlas y el nácar de que está cubierto el interior de su concha, con el cual se hacen botones y otros objetos.

En otra parte hablamos de ello; aquí trataremos solamente de las almejas y de los mejillones que, lo mismo que las ostras, son moluscos bivalvos. Esto, claro está, significa que su blando cuerpo está encerrado en una concha compuesta de dos valvas o mitades. Las valvas están articuladas mediante una especie de gozne elástico y las cierra un músculo muy fuerte. Hay almejas que producen perlas, al igual que las ostras; estas perlas, que no son tan finas, han tenido siempre mucha fama.