Una columna volante de palomas, de 300 kilómetros de longitud y más de 1500 metros de anchura


Al hablar de esas enormes bandadas de aves, nos viene a la memoria una de las más grandes que han sido vistas en el mundo, la de palomas emigradoras de América del Norte, que solían cruzar el continente en número incalculable. En cierta ocasión se las observó durante el transcurso de un viaje de 86 kilómetros. Las bandadas de aquellas aves fueron pasando como nubes que ocultaban el sol, y prosiguieron sin cesar su desfile por espacio de cuatro días. Un naturalista tuvo ocasión de observar otra gran multitud de esas palomas, y calculó que formaban una columna cuya longitud no bajaría de 300 kilómetros y cuya anchura pasaba de uno y medio. Marchaban en busca de un lugar abundante en granos y semillas, donde poder criar sus nidadas. Midióse en cierta ocasión uno de esos parajes a que acudían las palomas, y resultó que alcanzaba una longitud de 35 kilómetros por una anchura de 5 a 6. Desde entonces acá, el hacha del leñador ha talado tantos árboles en América y las escopetas de los cazadores han hecho tales estragos en las aves, que la paloma emigradora ha acabado por desaparecer.

Entre las palomas silvestres cabe distinguir otras dos especies más: la brava y la torcaz, que es la mayor de las que viven en estado salvaje. La paloma torcaz tiene más de 40 centímetros de largo. Se distingue por tener una mancha blanca a los lados del cuello, que es verde purpúreo, y por una ancha faja del mismo color en sus alas. Construye un nido muy tosco con algunas ramitas entrelazadas. La paloma brava se diferencia de la torcaz por no tener partes blancas en el plumaje. Además no hace nido, sino que utiliza el que han abandonado otras aves o el hueco de un árbol.

La torcaz es un ave esquiva; pero su número aumenta en los países donde se acostumbra tratar bien a las aves. Abundan mucho en los parques antiguos que conservan todavía su arbolado, aun cuando estén situados junto a grandes poblaciones.

Las palomas silvestres se alimentan en ciertas épocas del año de los insectos y larvas que encuentran, pero en otras comen bayas y semillas. Una bandada numerosa de estas aves puede causar mucho daño en las cosechas.

Existen hoy en día otras especies de palomas silvestres, pero las domésticas abundan mucho más. Todas ellas descienden de la zurita, que se halla todavía en Europa en estado salvaje.