De qué modo impide el hipopótamo que quede obstruido el cauce de los ríos


El hipopótamo es de suma utilidad desde un punto de vista que podríamos llamar hidrográfico. En efecto, mediante sus poderosos dientes, arranca, para comérselas, las plantas que crecen en los ríos; y al recorrerlos, en busca de su pasto natural, hace las veces de una draga. Si no fuera por el hipopótamo, algunos ríos de África quedarían obstruidos por la vegetación y se saldrían de madre, inundando las regiones ribereñas; en lugar de corrientes rápidas, encerradas en cauces definidos, habría inmensos pantanos, pues el agua se estancaría.

El hipopótamo, sin embargo, no es siempre beneficioso para el hombre. Las tierras que se cultivan cerca de los lugares en que dichos animales abundan, están expuestas a sus invasiones nocturnas, que ocasionan la destrucción de las cosechas. Con sus enormes bocas talan y siegan los sembrados como pudieran hacerlo los hombres valiéndose de guadañas. Y aquí se nos ofrece otro caso en que vemos a ciertos animales ejecutando el trabajo del hombre, hasta que éste apareció para efectuarlo a su modo, cultivando la tierra y recogiendo los frutos de su constante labor. Pero a pesar de que sea necesario destruir a los hipopótamos cuando invaden los campos cultivados, no hay motivo para perseguirlos y exterminarlos en regiones agrestes donde no existe cultivo alguno, como lo hacen hombres crueles, por el mero afán de matar.