¿Por qué tienen los ciegos tan agudizado el sentido del oído?


Podríamos contestar fácilmente a esta pregunta diciendo que porque los ciegos escuchan con más atención los sonidos que alrededor de ellos se producen; pero será conveniente explicarlo de un modo más detenido. Una persona que goce del uso de todos sus sentidos, la vista, el olfato, el tacto, el oído y el gusto, recibe un número tremendo de impresiones de todas clases que ciertos nervios especiales se encargan de transmitir a su cerebro. Ahora bien, si algunos de estos nervios o centros nerviosos falta o se atrofia, el cerebro tiene menos ocupaciones y descansa más.
Así pues, un ciego no puede darse cuenta de lo que ocurre en torno de él por medio de la vista, de suerte que, si desea saber a qué distancia se encuentra de él una persona que se le aproxima, no dispone de otro medio para ello que calcular por el ruido de las pisadas del que viene. Así adquiere la costumbre de prestar gran atención a todos los sonidos que a su alrededor se producen, muchos de los cuales, en otras circunstancias, pasarían completamente inadvertidos para él; por eso los ciegos ejercitan tanto el oído, que se les afina mucho.