¿Cuál es el origen de la fuerza del vapor?


Existe un antiguo proverbio que dice que muchas candelillas forman un cirio pascual; y la fuerza del vapor es una confirmación de este adagio, porque arrastra grandes buques a través de los océanos, empuja largos y pesados trenes por llanos y montañas y puede realizar innumerables tareas en beneficio exclusivo del hombre, que tan bien ha sabido aprovechar su extraordinaria potencia. Todo su poder estriba en la coalición de muchas fuerzas pequeñas.

Cuando hablamos del vapor, nos referimos al vapor de agua, que es el agua en estado gaseoso, el cual se produce bajo una presión importante y posee un gran poder expansivo, que es el que realiza el trabajo. Después se enfría y condensa, con lo que se hace visible, y entonces lo llamamos vapor. Este gas debe su fuerza a las diminutas moléculas de agua de que se halla formado, las cuales, al volar en todas direcciones buscando por donde escapar, chocan contra las paredes interiores del vaso o recipiente que las aprisiona. La fuerza de cada una de estas moléculas es insignificante, porque su masa es muy pequeña. Si tuviésemos un martillo tan pequeño que no fuese posible verlo, no podríamos clavar con él ningún clavo. Pero como existen millones de estos pequeños martillos volando en confuso tropel de un lado para otro dentro del gas, pueden realizar todo el trabajo que ejecuta el vapor.