Si los ríos hacen salada el agua de mar ¿por qué la suya es dulce?


El agua de río, según dejamos dicho, no es en realidad dulce, sino algo salada; y en gran parte por lo mismo que el agua de río es muy poco salada, la del mar lo es mucho. Cierto que el agua de río nos sabe dulce, cuando la bebemos; pero es por que no estamos acostumbrados al gusto del agua que efectivamente no contiene sal. Si se catan uno tras otro dos vasos que contengan agua de río el primero y agua de mar el segundo, se conocerá perfectamente cuál es la una y cuál es la otra: ahora bien, si tomásemos dos vasos que contuvieran, el uno agua de río, y el otro agua que no haya contenido sal ni ninguno de los gases disueltos que ayudan a su formación, entonces también reconoceríamos fácilmente una y otra agua, como en el primer caso, porque se percibiría la sal en el agua de río.