¿Por qué vemos azul el firmamento?


Esta pregunta contestóla Juan Tyndall, en el siglo pasado, de un modo satisfactorio. El cíelo debe su luz a los rayos del sol; por es" cuando se oculta aquel astro, el firmamento se obscurece. Por lo tanto, el color azul del cielo debe sernos enviado por algo que existe en él, que apropiándose todos los demás colores que componen la luz blanca del sol, nos envía sólo los azules. Esto es, en realidad, lo que sucede.

La atmósfera se halla plagada de un número infinito de pequeñísimos corpúsculos de polvo, que flotan en su seno. Su naturaleza es tal, que absorben las ondas más amplias de luz, que producen los otros colores, y reflejan las más breves, que dan la impresión del azul. Si fuese posible hacer desaparecer del aire todos esos corpúsculos, veríamos el cielo negro, y toda la luz del día vendría directamente del sol. Así, pues, la luz del cielo es el reflejo de una parte de la del sol.