¿Por qué se forman deltas en la desembocadura de algunos ríos?


Es preciso, ante todo, que nos hagamos cargo de lo que es un delta y por qué se le da este nombre. Si miramos un mapa de Egipto, hallaremos el Nilo, el cual constituye un buen ejemplo de un río cuya desembocadura está formada por lo que se llama un delta; y observaremos que dicho río, al desembocar en el mar, se extiende en forma parecida a la de un triángulo. Pues bien, ésta es la forma de la letra mayúscula que los griegos llamaban delta y que equivale a nuestra D; por eso se da el nombre de delta a las desembocaduras de los ríos, formadas como la del Nilo.

Cuando un río desemboca en el mar, sus aguas penetran en las de éste. Las mareas también producen cierto efecto en los ríos, en los que penetra agua salada hasta cierta distancia de la desembocadura, así como varias clases de vegetales y animales, principalmente peces, de los que viven en el agua del mar. Por esto el nivel del río en la parte cercana al mar, sube o baja según el flujo o reflujo de las mareas, como puede observarse en los muelles de un gran puerto situado a orillas de un río y a corta distancia del mar.

Además, los ríos están formados por agua corriente, y el movimiento de esta agua tiene por efecto arrancar del lecho y de las riberas del río una porción de materias sólidas que son arrastradas río abajo.

Cuando las aguas del río se encuentran con las del mar, su velocidad disminuye, porque el movimiento es contrarrestado por el peso del agua de mar; la materia sólida contenida en las aguas del río propende, pues, a irse al fondo, donde se deposita en forma de banco o lodazal. Si, como ocurre tratándose del Nilo, hay dos o más ramas principales, el depósito comprendido entre esas ramas y el mar tiene forma triangular. Los deltas se encuentran casi siempre a la salida de los ríos que desembocan en lagos, en mares interiores o en golfos y bahías resguardadas, donde no hay corrientes opuestas.