¿Aumenta o disminuye de peso el hierro cuando se oxida?


Veamos primero lo que ocurre cuando el hierro se oxida, y tendremos la respuesta a esta pregunta. La oxidación no es otra cosa que una combustión de la superficie del hierro, que se halla en contacto con el aire; es decir, que cierta cantidad de oxígeno se combina con dicho metal. Este oxígeno es ponderable, como todos los cuerpos, y su peso se suma naturalmente al del hierro. Por consiguiente, debemos contestar a esta pregunta de un modo afirmativo. El peso del hierro aumenta en el peso del oxígeno que con él se combina. Pero como todos sabemos, el orín, u óxido de hierro, es deleznable, y se desprende fácilmente bajo la influencia del agua, del viento o de cualquier otro cuerpo que roce la superficie del hierro, de suerte que los objetos de este metal perderán no sólo el oxígeno que han absorbido, sino la parte de su propia sustancia que se ha combinado con él. Así pues, un objeto de hierro pierde peso al oxidarse, lo cual es más grave de lo que a primera vista parece, pues esto entraña una pérdida de resistencia. Si no se impidiera que los puentes de acero se oxidasen, no tardarían en romperse. Ésta es una razón por la cual es preciso tenerlos siempre cuidadosamente pintados, para protegerlos del aire oxidante.