¿Vemos una cosa inmediatamente después que la miramos?


Siempre hay un espacio de tiempo entre el momento en el cual alguno de nuestros sentidos es impresionado, y el momento en que tenemos una noción consciente del fenómeno que ha provocado. La sensación es el hecho de registrar por medio de nuestro sentido -de la vista, en este caso- un estímulo cualquiera, y la percepción es el hecho de tener noción, en nuestra conciencia, de ese estímulo y de lo que él significa. Entre el momento en que un estímulo luminoso alcanza a impresionar las células de nuestra retina y el instante preciso en el que tenemos presente en nuestra conciencia el significado de ese estímulo hay un lapso, que es el tiempo invertido por el impulso nervioso que nace en la retina, viaja por los nervios ópticos y llega a las distintas áreas de asociación de nuestra corteza cerebral. Entre uno y otro instante han transcurrido fragmentos apenas mesurables de tiempo, que es distinto según las personas, y que puede ser de una fracción de segundo para las circunstancias más ordinarias, o bien de un segundo, o más, para las circunstancias muy sorpresivas o inesperadas.