El ritmo y la rima son poderosos auxiliares
En realidad, el recordar versos resulta por lo general más fácil que recordar cualquier género de prosa, a causa del ritmo tanto interior como externo, de la rima y de la naturaleza misma del lenguaje, que en todo caso es diferente del lenguaje cotidiano.
El ritmo, que constituye algo así como la melodía de las palabras, y que hemos definido como una regularidad periódica de carácter prosódico, tiende naturalmente a grabarse en el recuerdo por su mismo carácter de regularidad y periodicidad.
La rima es también un elemento que contribuye poderosamente a facilitar la memorización, ya que nada puede ligar o asociar mejor un verso con otro. No por nada en los pasados siglos era tan común encontrar libros de texto y tratados didácticos de las más diversas disciplinas, desde la gramática a la astronomía y desde la teología a la retórica, escritos en forma versificada.
¿Puede haber algo más propio para ayudar a la memoria auditiva que el ritmo elegante de esta estrofa sáfica del celebrado poeta castellano Esteban de Villegas:
Dulce vecino de la verde selva,
huésped eterno del abril florido,
vital aliento de la madre Venus,
céfiro blando.?
¿O acaso no tiende a grabarse en la memoria por la riqueza de su rima esta décima del vate argentino Rafael Obligado:
Cuando la tarde se inclina
sollozando, al Occidente,
corre una sombra doliente
sobre la pampa argentina.
Y cuando el sol ilumina
con luz brillante y serena
del ancho campo la escena,
la melancólica sombra
huye besando su alfombra
con el afán de la pena.?
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