A UNA GOLONDRINA - Tomás Grossi


Muchos son los poetas que han cantado a las golondrinas, pero pocos lo han hecho con tan exquisita delicadeza corno el dulce y sentido vate Italiano Tomás Grossi (1791-1853). en estos versos, de acento triste y llenos de pesimismo, que son conocidísimos.

Avecilla pasajera
Que al cancel de mi ventana
Con tu canto me saludas
Al albor de la mañana:
En tu lengua peregrina,
¿Qué murmuras, golondrina?

Solitaria, en el olvido
De tu esposo abandonada,
¿Quizá al verme también lloras
Con el alma desgarrada?
En tu lengua peregrina
Llora, llora, ¡oh golondrina!

Tú a lo menos eres libre,
Y en el lago o en la altura
A los vientos das la queja
De tu amor o tu amargura,
Y la luz que te ilumina
Buscar puedes, golondrina.

¡Quien volara!... Mas lo impide
Esta cárcel en que vivo.
Donde el sol no resplandece
Por temor de ser cautivo.
Ni esta voz que ya declina
Tal vez oigas golondrina.

Ya Setiembre cerca viene
Y tú irás a otros lugares
Para ver remotas playas,
Nuevos montes, nuevos mares
Cuya pompa cristalina
Cantarás ¡oh golondrina!

Y yo todas las mañanas
Volveré a mi amargo llanto.
Sepultado del invierno
Bajo el triste horrible manto,
Tu canción dulce y divina
Oír creyendo ¡oh golondrina!

Una cruz, en primavera,
Hallarás sobre este suelo;
En la noche silenciosa,
Si la ves, deten el vuelo,
Y en tu lengua peregrina
Por mi reza ¡ay, golondrina!