EL CÓNDOR - Vicente Coronado


Después de hacer una bella descripción del cóndor y de su atrevido vuelo n las alturas supremas del espacio, Vicente Coronado compara al “ingenio peregrino” con esa maravillosa ave. pues también el hombre de genio se encumbra hasta las más sublimes regiones. A Coronado se le puede considerar como poeta venezolano, aunque nació en Puerto Rico, en 1830.

En la empinada roca
Que los valles domina
Y con su frente hasta las nubes toca.
He allí el águila andina,
El soberbio cóndor, rey del espacio,
Pisar con altivez la excelsa cumbre,
Medir la inmensidad, bañarse en lumbre
Del etéreo palacio.
Alza el desnudo cuello
Y cresta y corvo pico luce ufano,
Y con ojos de vivido destello
Penetra la extensión, el bosque, el llano
Bate las alas de potencia suma,
Arrójase a escalar el firmamento,
Devora espacio y a través del viento
Lleva rizada la morena pluma.
Atrás deja la nube
Donde el rayo se forja y brama el trueno,
Y en ondulante giro sube y sube
A las regiones del azul sereno.
Ni el aire enrarecido, ni la llama
Del astro abrasador -candente hoguera
Que los mundos inflama-,
Parar pueden un punto su carrera.
Nada ataja este ardor, esta osadía;
Inmensidad y luz busca en su anhelo,
Y luz e inmensidad le brinda el cielo
Y hacia el cráter del sol el rumbo guía.
Allá se cierne en estupenda altura,
Por los desiertos del espacio avanza,
Y un leve punto en la extensión figura
Que humano ser a distinguir no alcanza;
No más pronto del mar por lontananza
Alígero bajel corta la espuma
Y se disipa entre lejana bruma.
Ya el fuego aspira de la ardiente zona
Y su ambición la intrepidez corona:
Ve de cerca los vivos resplandores
Con que se ciñe el luminar del día,
Y debajo los mares luchadores,
Y por doquiera la región vacía.
En esta soledad goza su pecho,
Rey de los seres que el espacio encierra,
Todo el azul para volar estrecho.
El sol delante y a sus pies la tierra.
Tal se encumbra el ingenio peregrino
Y a la gloria inmortal se abre camino.