Parte 1
Arde el palacio soberbio
En esplendorosas fiestas,
Porque cumple doce abriles
La soberana Princesa,
Que brilla en el regio alcázar
Como en el cielo una estrella.
Entre naranjos floridos,
Entre níveas azucenas,
Junto a los lirios azules,
Y bajo la fronda espesa.
Donde los reyes marmóreos
Lucen sus mantos de hiedra.
Con pajes y con damitas
Alegre la niña juega.
Luce la Princesa un traje
De terciopelo y de seda,
Con mangas abullonadas
Y peto bordado en perlas;
Calza chapines de raso;
Entre las manitas lleva
Un abanico que finge
Mariposa gigantesca,
Y entre los rubios cabellos
Que nimban su cara angélica
Prende una rosa tan blanca
Como un sueño de inocencia.
El Rey con sus favoritos
Desde un balcón la contempla
Pensando en la amada esposa,
Que fue. cual la niña, bella
Y que pasó por la vida
Como alondra mañanera
Que soñando con el cielo
Huye veloz de la tierra.
Desde que murió su esposa,
Desde que murió su Reina,
El Rey está desposado
Con otra dama: la Pena,
Compañera inseparable
Que solamente lo deja
Cuando la niña sonríe
Con la noble gentileza
Que heredara de la madre
Con la sangre de sus venas.
Las tristezas del monarca
Son como las nubes negras
De las tormentas de otoño;
Y al rugir esas tormentas,
Si el cascabel de la risa
De la Princesita suena,
Las espantosas borrascas
Que al pecho del padre llegan,
Como ante un iris brillante
Corren, corren y se alejan.
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