LA VUELTA A LA PATRIA


Las estrofas de esta patriótica composición de Pedro Juan de Léranger. son recitadas y cantada a menudo por los hijos de Francia, cuando están tuera de su pais y sienten su nostalgia.

¡Qué despacio va el navio
-Donde mi fortuna está-
Al bendito suelo mío!...
¡Qué despacio al puerto va!
¡Francia adorada,
Mi patria amada!
¡Cuántas veces mis pupilas
Te creyeron descubrir!...
¡Que un viento leve
Raudo nos lleve
Hasta esas playas tranquilas
Donde yo vengo a morir!
Al fin un marino rudo
¡Tierra! grita conmovido;
Ya mis nostalgias olvido,
Dulce patria... ¡te saludo!

Sí, ved las costas de Francia;
Ved el puerto, el azul mar;
Ved el campo en que mi infancia
Pasó bajo humilde hogar.
¡Francia adorada,
Mi patria amada!
Tras veinte años de pesares
Rasgo de la ausencia el tul;
Deja que vea
Playa y aldea;
Ya diviso los hogares
Coronados de humo azul.
Mi alma goza en goce mudo:
Ahí amé por vez primera
Y ahi mi santa madre espera;
Dulce patria... ¡te saludo!

Joven, lejos de mi cuna
La inconstancia me guió
Hasta ese mar de fortuna
Que a otros climas sonrió.
¡Francia adorada,
Mi patria amada!
Dios a quien tu amor tributas
Te brinde tibios calores,
Y orle tu frente
Resplandeciente
Con flores y ricas frutas,
Con frutas y gayas flores.
Solo, enfermo, sin escudo
Soñé pensiles eternos
Ahí llorando los inviernos.
Dulce patria... ¡te saludo!

Pude familia y amor
Y riquezas alcanzar
Bajo un cielo encantador
Dosel hecho para amar.
¡Francia adorada,
Mi patria amada!
¡Cuánto amor he abandonado
Sólo por volverte a ver!
Mas, pobre y viejo,
Triste me alejo,
Porque ya de ser amado
La esperanza he de perder.
Pradera, testigo mudo
De mi amor y desengaños,
Tú eres el sol de mis años;
Dulce patria... ¡te saludo!

Trono de rey y homenaje
Brindóme lejos de aquí
Valiente tribu salvaje
Cuyas costas defendí.
¡Francia adorada
Mi patria amada!
Entonces extraña gente
Tu suelo hizo estremecer;
Poder y gloria,
Lauro y victoria,
¡Nada ahogó tu voz doliente
Que me ordenaba volver!
Todo lo dejo, y desnudo
Vuelvo amante a tu ribera;
Aquí una tumba me espera:
Dulce patria... ¡te saludo!

Ya llega el barco velero,
La alegría a bordo estalla,
Ya en el esquite ligero
Bogamos hacia la playa.
¡Francia adorada,
Mi patria amada!
Tú disipas la amargura
Del hijo que a ti se humilla;
¡Ya he llegado!
Y prosternado
Fijo al vista en la altura
Mientras doblo la rodilla;
Te abrazo ¡tú eres mi escudo!
Lejos de ti... ¡qué sufrir!
Señor: ¡ya puedo morir!
Dulce patria... ¡te saludo!


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