Lafayette, que pretendió mantener el orden en París y descontentó a todos los partidos


Varias de las reformas que Mirabeau propuso fueron implantadas, mas ya no hubo posibilidad de poner de acuerdo al rey y al pueblo después de su muerte, que acaeció en poco tiempo, pues la gran cantidad de trabajo que pretendió realizar quebrantóle grandemente, y tan pronto como cayó enfermo, la muerte lo arrebató.

Lafayette tenía un carácter muy diferente. Era un caballero muy popular y de elevado espíritu, que cobró gran fama como soldado combatiendo en América. Una vez reunidos los Estados Generales y convertidos en Asamblea Nacional, comenzó a ser muy difícil mantener el orden, porque la excitación era general.

Las clases ilustradas de los ciudadanos de París se alistaron como soldados en la que se llamó Guardia Nacional, creada para mantener el orden, y Lafayette, nombrado general de estas milicias, alcanzó gran popularidad, razón por la cual algunos comenzaron a sospechar que intentaba hacerse dueño de la situación con ayuda de dichas fuerzas, como Julio César en Roma. Además, no era fácil que la masa del pueblo creyese que un caballero tan fino como Lafayette se cuidara de ella; por otra parte, la nobleza lo odiaba por considerar que había desertado de su lado; y la reina y la corte mirábanle con malos ojos, porque pensaban que trataba de erigirse en dictador. Cuando se promovió un gran tumulto y Lafayette tuvo que ordenar a sus soldados que atacasen a la turba, aumentó el disgusto popular contra él, y encontróse conque sus soldados obedecíanle tan sólo a medias. Procuró siempre evitar toda violencia; mas no podía arrastrar a los hombres como Mirabeau, cuya elocuencia se llevaba tras sí hasta a los que no le eran afectos. Así, pues, desde que los más violentos comenzaron a imponerse, Lafayette ya no mandó la Guardia Nacional. Más tarde, cuando Francia declaró la guerra a Austria y Prusia, le fue confiado el mando del ejército francés; pero en París crecían de tal modo los disturbios, que Lafayette pensó en retirar a la capital las tropas francesas; al ver que esto era imposible, renunció el mando y salió del país.