Huida de Pompeyo y su muerte, gran sentimiento de César


Pudo ver entonces Pompeyo que habían sido echadas en olvido sus proezas, mientras que los hechos de César estaban frescos en la mente de todos, hasta el punto que, declarándose en todas partes el ejército en favor de César, no tuvo más remedio que huir de Italia. Al fin, pudo reunir en Grecia un gran ejército, y a Grecia se dirigió César para combatirlo. En la batalla de Farsalia, Pompeyo fue derrotado y obligado a huir de este punto a Egipto: pero al desembarcar fue asesinado. Cuando llegó César a este país y supo lo ocurrido, sin poder contener las lágrimas ante tal noticia, condenó a muerte al asesino. Porque tal era el carácter de César que, a semejanza de Escipión, era hombre en alto grado compasivo, dispuesto siempre a perdonar a los que hubiesen tomado las armas contra él.