La Biblia de Gutenberg, primer libro impreso con tipos movibles


Pero esto iba demasiado despacio, y además las letras de madera no podían durar mucho tiempo, a causa de su poca resistencia a la presión. La mejora que introdujo entonces Schoeffer fue muy importante. Grabó la letra en el extremo de un trozo de metal, y esta letra le sirvió de modelo para hacer con punzón un molde en un metal más dúctil. Luego no necesitó más que fundir metal y verterlo en el molde. De este modo pudieron hacerse ejemplares más rápidamente y según iba endureciéndose el metal.

El hecho de que Schoeffer ayudara en esto a Gutenberg es importantísimo; pero no quita ni un átomo del honor que se debe a éste. La primera idea, la gran idea, pertenece a Gutenberg; la ejecución de los detalles se debió mucho a Schoeffer, que era precisamente el hombre que se necesitaba entonces.

Y ahora comenzó el trabajo de toda la vida de Gutenberg, pues había determinado imprimir 2a Sagrada Escritura. Mucho tiempo y mucho dinero necesitó para hacerla. Los nuevos impresores hubieron de hacérselo todo: tuvieron que grabar y fundir los tipos, componerlos, corregir la composición, luego imprimir las páginas y componer, corregir e imprimir otras. Nunca había bastante dinero para pagar los trabajos. Antes de haber impreso las tres primeras páginas, llevaban gastados 3.000 florines, y siempre estaba Gutenberg temeroso de no tener bastantes recursos para terminar aquella obra.

Por fin, en 1455, presentóse al mundo el primer libro impreso: la Santa Biblia, en lengua latina, encuadernada en dos voluminosos tomos. El triunfo de la imprenta era un hecho palpable. Todo el mundo estuvo de acuerdo en que era tan claro como un manuscrito, y como se habían impreso muchos ejemplares a un mismo tiempo, el coste no resultaba tan elevado, ni mucho menos, que si hubiese sido copiado a mano; por otra parte, y sobre todo, el trabajo se hacía mucho más aprisa.