Selman Abraham Waksman descubre el monstruo más feroz de la tierra


Partiendo del principio de que el suelo es una extraordinaria fuente de incubación de gérmenes, el microbiólogo ruso Selman Abraham Waksman se propuso estudiar el suelo hasta dar con un antibiótico más poderoso que la penicilina.

Uno de sus discípulos, Rene Dubos, descubrió un microbio del suelo capaz de luchar con los gérmenes de la pulmonía y de las infecciones estreptococias y vencerlos: la tirotricina. Este éxito alentó a Waksman quien, luego de largos y pacientes estudios logró hallar, en 1943, el germen tan ansiosamente buscado, un hongo del género Streptomyces, el Actinomyces griseus.

El tal hongo es un feroz enemigo de millares de gérmenes, a los que extermina sin piedad. En sus primeros trabajos de laboratorio los estudiosos vieron en él al monstruo más feroz de la tierra. Ni los gérmenes de la fiebre tifoidea, con su gran vitalidad y poder tóxico, pudieron derrotarlo. De él salió ese milagro de la ciencia moderna que se llama estreptomicina, medicamento capaz de curar la tifoidea, la fiebre ondulante, el mal de Bang y varios tipos de infecciones peligrosas.