Demóstenes es desterrado y condenado a morir en el exilio


No logró, sin embargo, el elocuente Demóstenes decidir por completo a los atenienses a resistir a Filipo, no obstante haber dedicado la mayor parte de su vida a procurar enardecerlos y persuadir a los demás Estados -griegos a que acudiesen en ayuda de Atenas. Famosos por demás son los discursos que pronunció contra Filipo, llamados por tal razón Filípicas, nombre que hoy se da a toda oración del mismo género. Muerto Filipo, y hallándose en Asia su hijo Alejandro Magno, el regente de Macedonia hizo desterrar a Demóstenes de Atenas; pero los atenienses se sublevaron y Demóstenes fue devuelto a su ciudad. Después se lo envió de nuevo al destierro, y al ver que sus enemigos venían en su persecución y barruntando que sería condenado a muerte, prefirió anticipárseles y se envenenó.