Ricardo es muerto por una saeta. Saladino destruye por completo el reino latino
Aun más, esto le fue negado porque, viajando solo de regreso a Inglaterra cayó en manos de su enemigo Leopoldo de Austria, quien lo tuvo prisionero largo tiempo y sólo consintió en su rescate por un precio muy elevado. Poco después murió de un saetazo en una escaramuza.
La historia conserva el recuerdo del gran aprecio con que mutuamente se trataban este valeroso monarca y el sultán Saladino, y nos dice que durante muchos años las madres musulmanas asustaban a sus hijos traviesos con el nombre de Ricardo Corazón de León.
No habían pasado aún cien años desde que Godofredo de Bouillón y los primeros cruzados libertaron a Jerusalén del poder de los turcos y fundaron el Reino Latino, cuando Saladino lo destruyó por completo, si bien había de sobrevivirle el nombre. Y durante cien años más continuaron de cuando en cuando emprendiéndose nuevas cruzadas, aunque por no haberse unido nunca sinceramente los príncipes cristianos, siguieron los musulmanes siendo dueños de Jerusalén, que ya no pudo ser reconquistada por la cristiandad.
Nada de notable hay que decir de las cruzadas cuarta y quinta, si no es que esta última, aunque enderezada como todas contra los infieles, vino a asestar sus golpes de rechazo contra el imperio cristiano de Bizancio.
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