Don Luis de Góngora y Argote, el culteranismo
Las obras de este hijo de Córdoba, que vivió en la época de oro de la literatura española (1561-1627), pueden dividirse en teatrales y líricas. Entre las primeras sobresalen La destrucción de Troya y La comedia venatoria, y de las segundas pueden mencionarse, sin menoscabo de otras, Polifemo, Las soledades y El panegírico al duque de herma. Como poeta satírico, aventaja a todos los que cultivan ese género en sus romances y letrillas; no pueden tener más gracia sus maliciosas ingeniosidades, ni ser más puro su estilo, ni más elegante la sencillez de sus versos. En sus romances, bien sean pastoriles, bien caballerescos, bien moriscos, está llevado a la perfección el estudio de las cadencias. Mucho de lo bueno que hay en lengua española no tiene armonía más sugestiva que la de Góngora y Argots, verdadera piedra de toque para conocer hasta qué punto puede llegar la grandilocuencia.
Fue uno de los escritores más discutidos y apasionados de su tiempo, y para afirmar nuestro decir, trasladamos aquí una parte del conceptuoso juicio que, sobre Góngora y su obra, emitiera Lope de Vega: “Ingenio raro y peregrino, escribió con elegancia cosas festivas con la sal de Marcial; con su erudición y dulzura enriqueció el arte y la lengua con tales exornaciones y figuras cuales nunca fueron imaginadas ni hasta su tiempo vistas. ¿Quién puede presumir de un ingenio tan divino?” Góngora fue e! creador del culteranismo.
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