El naturalismo literario y lo pintoresco se encarnan en las novelas de Blasco Ibáñez
Primero diputado republicano por varios períodos, durante la primera república española; luego fundador del diario El Pueblo y de la editorial Prometeo, Blasco Ibáñez, antes de conocer México, en el avatar de su agitada existencia, intentó un plan de colonización con labradores valencianos en la República Argentina.
En varios aspectos se puede estudiar su obra proteiforme: Las novelas Cañas y barro, La barraca, Entre naranjos y Arroz y tartana corresponden a su época de escritor regional. La catedral, La bodega, El intruso y La horda lo representan como el introductor en España del naturalismo y de la novela de tesis. El papa del mar, A los pies de Venus, En busca del gran Khan y El caballero de la virgen son sus novelas históricas. Sangre y arena, La maja desnuda, Los muertos mandan, es la serie de temas diversos y por último Los cuatro jinetes del apocalipsis y Mare Nostrum son obras literarias donde registra la crónica de la guerra.
Blasco Ibáñez, de una facundia sin interrupción, fue un vagabundo incorregible. Varias de sus novelas conocieron la versión cinematográfica.
Pagina anterior: Brasil: país y pueblo en la obra cumbre de Euclides da Cunha
Pagina siguiente: La poesía lírica española y su paladín: Juan Pamón Jiménez