Trenes que corren debajo de las montañas y pasan por encima de las nubes
Las líneas férreas que ponen en comunicación a Suiza con Italia atraviesan los admirables túneles que se han abierto en el macizo de los Alpes. En otra parte hemos hablado del túnel del monte Cenis, en los Alpes franceses. Más largo es el túnel de San Gotardo; el túnel del Simplón tiene una longitud de cerca de veinte kilómetros. La ingeniería ha realizado en los Alpes verdaderas maravillas, no sólo por lo que se refiere a los túneles, en cuya abertura se ha dado el caso de que, partiendo los obreros de los dos extremos de la montaña, se encontrasen en el centro de ella, sino también en las vías férreas y en numerosas líneas y carreteras que atraviesan las elevadas gargantas y suben por escarpadas montañas a alturas que con frecuencia están encima de las nubes.
Principalmente los turistas, los que “salen a recrearse”, son los que emplean estas líneas; por medio de tales ferrocarriles pueden llegar hasta puntos que no hace mucho se tenían por inaccesibles, disfrutar el aire puro y de magníficos paseos y panoramas, y subir mucho más de lo que hubieran podido hacerlo de tener que valerse de sus propias fuerzas.
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