El país de los checoslovacos y su ubicación en Europa


La independencia de Checoslovaquia se proclamó el 28 de octubre de 1918, es decir, dos semanas antes de ser firmado el armisticio entre Alemania y las potencias aliadas que puso fin a la primera Guerra Mundial.

Terminado el conflicto, ningún movimiento social despertó más vivo interés en otros países que el de los checos, cuyo resurgimiento probaba una vez más las grandes condiciones dé esa gente que, a través de siglos de opresión, había sabido conservar íntegras las más preciosas cualidades de su raza, el idioma y las costumbres. Los checos desarrollaron intensamente el sentimiento nacional en la; política, en la literatura y en las artes a través de todo el siglo xix, y lo demostraron no sólo en los parlamentos austríaco y húngaro, sino también en los libros y en la educación que daban a sus hijos.

Históricamente, los bohemios y los checomoravos tienen el derecho de estar orgullosos. Sus tierras, separadas del resto del mundo por murallas naturales, pero cercadas por Alemania, Polonia y Hungría, han sido famosas siempre por el pensamiento, instrucción, bravura y espíritu de trabajo de sus habitantes. Sufrieron la opresión de las naciones circundantes, en especial de Polonia y Hungría, cuando esos países eran fuertes y ambiciosos. La influencia alemana también se infiltraba a través de sus fronteras, y aun cuando los checos cayeran una y otra vez bajo el ataque de todos los vecinos, se volvían a levantar indestructibles, como pueblo orgulloso de su pasado y deseoso de desempeñar un papel honroso en el concierto de todos los países libres del Universo.